lunes, 7 de noviembre de 2016

Cadete del espacio de Robert A. Heinlein



Esta es la segunda de las clásicas novelas juveniles que Heinlein escribió entre los 40 y los 50. En ella se combinan la aventura, la ideología militarista, el espacio y una visión optimista del futuro. Tiene un argumento lo suficientemente sencillo como para no abrumar al público adolescente al que va dirigida la novela pero al mismo tiempo no se trata de una novela trivial. Si bien, pueda no ser suficientemente interesante para un lector adulto y acostumbrado a la ciencia ficción, reviste la suficiente importancia para un fan de autor o alguien que se inicia en el género. La novela fue escrita en 1948, cuando Venus todavía era considerado un planeta cálido y acuático y la posibilidad de que en Marte existiera vida era elevada. Como curiosidad, entre la tecnología futurista presente en la obra, existe un teléfono móvil igual que los que usamos hoy en día.

Cabe destacar que cuando fue escrita, años antes del movimiento de derechos civiles, Heinlein ya habla de personas de distintas razas, orígenes y costumbres conviviendo en armonía. También propone un conflicto moral al poner al plantear al protagonista la posibilidad de tener que atacar su propia nación con armas nucleares. Continua su clase de moralidad proponiendo la existencia de una civilización alienígena avanzada de estructura matriarcal y al explicar sus extrañas costumbres, demuestra que muchas de nuestras normas son absurdas o arbitrarias.

Es un libro fácil de leer que sin embargo, trata al lector con respeto, sin caer en simplismos. Se trata de una obra muy entretenida que sienta las bases para obras posteriores y de mayor importancia en la bibliografía del autor. 




Sinopsis:
En el año 2075, en la Base de Colorado, un nuevo grupo de muchachos se presenta como aspirantes para ser entrenados en la ciencia de la Astronáutica. Son los futuros agentes de la Patrulla Solar, el organismo gubernamental encargado de mantener la paz y el orden en los mundos del Sistema habitados por el Hombre. Los muchachos llegan de todos esos mundos. Allí están Matt y Tex, de la Tierra, Oscar, de Venus, Pierre, de una de las lunas de Júpiter, y otros muchos, que van a tratar de superar las difíciles pruebas que eliminarán de entre sus filas a aquellos que no son adecuados para ocupar puestos de tan alta responsabilidad. Se trata de una novela del estilo al que nos tiene acostumbrados el gran escritor de Ciencia Ficción, Robert Anson Heinlein, un relato excitante, extraño y colorista, pero al mismo tiempo muy creíble, pues este autor siempre se ha distinguido por el realismo que sabe dar a sus personajes y a los ambientes en que se mueven.

Robert Anson Heinlein (1907-1988) fue un escritor estadounidense de ciencia ficción considerado por algunos críticos entre los mejores de todos los tiempos. En 1925 ingresó en la Academia Naval y tras graduarse, tripuló los barcos Lexington y Roper. Contrajo la tuberculosis y se le retiró (como teniente), del servicio con una pequeña pensión, a los veintisiete años. Cursó estudios de física y matemáticas en la Universidad de California, en Los Angeles. Probó suerte en un gran número de ocupaciones hasta que en el año 1939 leyó un anuncio de un concurso de una de las revistas pulp de la época, en el cual se ofrecían 50 dólares al mejor relato corto. Escribió Time-line (La línea de la vida), pero en vez de mandarla al concurso, lo hizo a la revista competidora, la Astounding Science-Fiction, cuyo director era John Campbell. No sólo vendió ese relato, sino que a partir de entonces los escribió sin pausa, excepto durante la II Guerra Mundial. Publicó también bajo el seudónimo de Anson McDonald, para que pudiera haber más de una historia cada mes en la revista. Le otorgaron cuatro Hugo a la mejor novela con Forastero en tierra extraña, Tropas del espacio, Estrella doble y La Luna es una cruel amante. 


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