Esta es la segunda de las clásicas
novelas juveniles que Heinlein escribió
entre los 40 y los 50. En ella se combinan la aventura, la ideología
militarista, el espacio y una visión optimista del futuro. Tiene un argumento
lo suficientemente sencillo como para no abrumar al público adolescente al que
va dirigida la novela pero al mismo tiempo no se trata de una novela trivial.
Si bien, pueda no ser suficientemente interesante para un lector adulto y
acostumbrado a la ciencia ficción, reviste la suficiente importancia para un
fan de autor o alguien que se inicia en el género. La novela fue escrita en
1948, cuando Venus todavía era considerado un planeta cálido y acuático y la
posibilidad de que en Marte existiera vida era elevada. Como curiosidad, entre
la tecnología futurista presente en la obra, existe un teléfono móvil igual que
los que usamos hoy en día.
Cabe destacar que cuando fue escrita,
años antes del movimiento de derechos civiles, Heinlein ya habla de personas de distintas razas, orígenes y
costumbres conviviendo en armonía. También propone un conflicto moral al poner
al plantear al protagonista la posibilidad de tener que atacar su propia nación
con armas nucleares. Continua su clase de moralidad proponiendo la existencia
de una civilización alienígena avanzada de estructura matriarcal y al explicar
sus extrañas costumbres, demuestra que muchas de nuestras normas son absurdas o
arbitrarias.
Es un libro fácil de leer que sin
embargo, trata al lector con respeto, sin caer en simplismos. Se trata de una
obra muy entretenida que sienta las bases para obras posteriores y de mayor
importancia en la bibliografía del autor.
Sinopsis:
En el año 2075, en la Base de Colorado,
un nuevo grupo de muchachos se presenta como aspirantes para ser entrenados en
la ciencia de la Astronáutica. Son los futuros agentes de la Patrulla Solar, el
organismo gubernamental encargado de mantener la paz y el orden en los mundos
del Sistema habitados por el Hombre. Los muchachos llegan de todos esos mundos.
Allí están Matt y Tex, de la Tierra, Oscar, de Venus, Pierre, de una de las
lunas de Júpiter, y otros muchos, que van a tratar de superar las difíciles
pruebas que eliminarán de entre sus filas a aquellos que no son adecuados para
ocupar puestos de tan alta responsabilidad. Se trata de una novela del estilo
al que nos tiene acostumbrados el gran escritor de Ciencia Ficción, Robert
Anson Heinlein, un relato excitante, extraño y colorista, pero al mismo tiempo
muy creíble, pues este autor siempre se ha distinguido por el realismo que sabe
dar a sus personajes y a los ambientes en que se mueven.
Robert
Anson Heinlein (1907-1988) fue un escritor estadounidense de ciencia
ficción considerado por algunos críticos entre los mejores de todos los
tiempos. En 1925 ingresó en la Academia Naval y tras graduarse, tripuló los
barcos Lexington y Roper. Contrajo la tuberculosis
y se le retiró (como teniente), del servicio con una pequeña pensión, a los
veintisiete años. Cursó estudios de física
y matemáticas en la Universidad
de California, en Los Angeles. Probó suerte en un gran número de ocupaciones
hasta que en el año 1939 leyó un anuncio de un concurso de una de las revistas pulp de la época, en el cual
se ofrecían 50 dólares al mejor relato corto. Escribió Time-line (La línea de la vida), pero en vez
de mandarla al concurso, lo hizo a la revista competidora, la Astounding
Science-Fiction, cuyo director era John Campbell. No sólo
vendió ese relato, sino que a partir de entonces los escribió sin pausa,
excepto durante la II Guerra Mundial.
Publicó también bajo el seudónimo de Anson McDonald, para que pudiera haber
más de una historia cada mes en la revista. Le otorgaron cuatro Hugo a la mejor novela con Forastero
en tierra extraña, Tropas del
espacio, Estrella doble y
La Luna es una cruel amante.
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